Las bolsas de plástico: ¿Cuál es el problema?



El impacto medioambiental de las bolsas de plástico.

Las bolsas de plástico consumen grandes cantidades de energía para su fabricación, están compuestas de sustancias derivadas del petróleo, que pueden tardar en degradarse más de medio siglo. Asimismo, las bolsas serigrafiadas (impresas) pueden contener residuos metálicos tóxicos.
La gran mayoría acaba siendo desechada sin control, contaminando tanto las ciudades como los ecosistemas naturales. En el mar su impacto puede ser letal para animales como tortugas, ballenas o delfines, que mueren tras ingerirlas.

¿Qué hacemos?

*Si usamos una bolsa de tela podemos ahorrar 6 bolsas por semana…                              
*24 al mes.
*288 bolsas al año…
*22.176 bolsas durante una vida promedio
*Si sólo 1 de cada 5 personas lo hiciera, ahorraríamos casi un trillón y medio de bolsas durante nuestras vidas

La triste historia de las bolsas plásticas

 Menos del 1 % se recicla.
Es más costoso reciclar que producir una nueva.
Entonces ¿adónde van las bolsas?   A los basureros.
Son arrastradas hacia distintos lugares de nuestra tierra y hacia nuestros mares, lagos y ríos.
Viajan por los desagües y las cañerías llegando hasta el polo ártico y hasta la Antártida.
Representan más del 10% de los desechos que llegan a las orillas de las costas.
Las bolsas se fotodegradan: con el pasar del tiempo se descomponen los polímeros más pequeños y tóxicos que finalmente contaminan los suelos y las vías fluviales. Como consecuencia partículas microscópicas pueden llegar a formar parte de la cadena alimenticia.
*El efecto sobre la vida silvestre puede ser catastrófico.
Las aves quedan atrapadas sin esperanza.
Cerca de 200 especies distintas de vida marina, incluyendo ballenas, delfines, focas y tortugas, mueren a causa de las bolsas plásticas, ingiriéndolas al confundirlas con alimento.
Las bolsas de plástico  se reparten por cualquier razón en miles de millones. Las queremos. Nos hacen la vida más fácil. Son económicas resistentes al agua  y convenientes.
Pero esa conveniencia también trae consigo una simple verdad. Las bolsas plásticas son indestructibles.


Cada año cientos de millones de bolsas plásticas son desechadas en basureros. El 21% de todos los basureros están hechos de estas mismas bolsas.
Allí se quedarán por cientos de años o puede que se vayan volando y tapen, por ejemplo, cañerías y desagües, costando dinero de limpiar y reparar o como en nuestra ciudad, que las vemos volando por las calles, y llegan al río, donde terminan siendo invitadas indeseadas de las especies marinas convirtiéndose así en una amenaza para sus vidas.
Más de 100.000   pájaros, ballenas, tortugas y otras especies mueren a causa de las bolsas plásticas cada año en el planeta.

Consumimos 1.000.000 de bolsas por minuto.
Cada uno de nosotros consume un promedio de 900 bolsas por año.

Las bolsas plásticas no son biodegradables. Se convierten en trozos tóxicos más y más pequeños que penetran en los suelos y entran en la cadena alimenticia cuando los animales los consumen accidentalmente.

 Entonces, ¿qué estamos haciendo?








Con un simple cambio de hábitos, como es llevar nuestra propia bolsa reutilizable, estamos contribuyendo al cuidado de nuestro tan querido planeta Tierra y al ahorro por parte de los comerciantes de no tener que comprarlas.
Sumate al cambio. Cada pequeña acción, sumada, hace la diferencia.


 

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